Parkinson

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Parkinson y otros trastornos del movimiento

Los trastornos del movimiento son un conjunto de enfermedades que afectan la forma y la velocidad de los movimientos corporales. Estos trastornos pueden manifestarse como la única manifestación clínica de la enfermedad o formar parte de un conjunto más amplio de síntomas neurológicos.

Se suelen clasificar en dos grandes grupos:

  1. Trastornos del movimiento hipocinéticos: Se caracterizan por una reducción o lentitud en los movimientos, conocida como hipo o acinesia. La enfermedad de Parkinson es uno de los trastornos más conocidos dentro de este grupo. En esta enfermedad neurodegenerativa, los síntomas más frecuentes son el enlentecimiento de los movimientos, rigidez muscular y temblores, que suelen aparecer cuando los miembros están en reposo. A pesar de la falta de cura, existen múltiples tratamientos farmacológicos que permiten que los pacientes mantengan una vida activa durante muchos años. Es importante destacar que algunos fármacos, como el flatoril o los neurolépticos, pueden inducir parkinsonismo, lo cual debe ser evaluado cuidadosamente.

Otros trastornos que pueden presentar síntomas similares al Parkinson son la parálisis supranuclear progresiva, la atrofia multisistema, la demencia con cuerpos de Lewy y la degeneración corticobasal.

  1. Trastornos del movimiento hipercinéticos: Este grupo se caracteriza por un exceso de movimiento o movimientos involuntarios anormales. Algunas de las alteraciones más comunes son:
    • Temblor: Movimiento oscilatorio rítmico de una parte del cuerpo debido a contracciones repetidas de los músculos agonistas y antagonistas. Puede ser causado por estrés o enfermedades como el Parkinson, el temblor esencial o el del cerebelo.
    • Distonía: Contracción muscular involuntaria que provoca posturas anómalas o el cierre involuntario de los ojos. Los pacientes suelen mejorar significativamente con el tratamiento con toxina botulínica.
    • Corea: Movimientos irregulares, impredecibles y bruscos que se desplazan de una zona corporal a otra de forma aleatoria. Puede ser consecuencia de la enfermedad de Parkinson, de su tratamiento o de otras enfermedades graves.
    • Balismo: Movimientos involuntarios que pueden parecer como si el paciente estuviera lanzando objetos o dando patadas. Su aparición repentina o unilateral es motivo de atención médica urgente.
    • Tics: Movimientos repetitivos, generalmente de corta duración, que se pueden controlar conscientemente, pero a menudo causan ansiedad.
    • Mioclonías: Movimientos rápidos y breves causados por contracciones musculares involuntarias. Pueden ser normales, pero también pueden indicar enfermedades neurológicas graves o problemas en órganos como el hígado, los riñones o los pulmones.
    • Síndrome de las piernas inquietas: Sensación desagradable en las piernas que mejora al moverlas o caminar. Es común y existen tratamientos efectivos disponibles.

Trastornos de la Marcha

Los trastornos de la marcha son complejos y requieren una evaluación neurológica detallada. Muchas enfermedades neurológicas, así como problemas óseos o articulares, pueden alterar la forma en que una persona camina. Condiciones como la enfermedad de Parkinson o deficiencias vitamínicas, como la B12, pueden asociarse a dificultades para caminar.

Es fundamental realizar una evaluación exhaustiva, ya que cada tipo de trastorno tiene un tratamiento específico. Entre las alteraciones de la marcha más comunes se incluyen:

  • Ataxia cerebelosa
  • Ataxia frontal de Bruns o apraxia de la marcha
  • Ataxia vestibular o desequilibrio
  • Ataxia sensorial (como en la marcha tabética)
  • Claudicación intermitente
  • Hemiatetosis posthemipléjica
  • Marcha a pequeños pasos de Déjerine y Pierre-Marie
  • Marcha anserina o miopática
  • Marcha antálgica
  • Marchas conversivas
  • Marcha coreica
  • Marcha distónica
  • Marcha espástica
  • Marcha hemiparética
  • Marcha paraparética
  • Marcha paretoatáxica
  • Marcha paretoatetósica (parálisis cerebral tipo Little)

Cada una de estas alteraciones puede estar asociada a distintos trastornos neurológicos, y un diagnóstico temprano puede permitir un tratamiento efectivo y una mejora significativa de la calidad de vida.