Cefaleas
Las cefaleas son uno de los trastornos neurológicos más comunes y a la vez más incapacitantes. Un diagnóstico adecuado es fundamental para desarrollar un tratamiento personalizado que mejore la calidad de vida del paciente.
La mayoría de las cefaleas son primarias, lo que significa que no están relacionadas con ninguna lesión subyacente, lo cual es tranquilizador. Sin embargo, es importante estar alerta ante ciertos signos que puedan indicar que la cefalea es secundaria a otro proceso. Si la cefalea despierta al paciente durante la noche, aparece tras esfuerzos físicos como toser o hacer de vientre, se describe como una “explosión” en la cabeza, se asocia con fiebre, o en pacientes mayores que nunca antes habían sufrido cefaleas, es recomendable consultar a un médico. Asimismo, si la cefalea aumenta progresivamente de intensidad o presenta síntomas neurológicos como dificultades para hablar o pérdida de fuerza, se debe acudir a un neurólogo.
Otro punto de preocupación es si una cefalea primaria, como la migraña, se vuelve más frecuente o requiere un uso excesivo de analgésicos, ya que esto puede indicar que está cronificándose, lo que requiere tratamiento preventivo específico.
El diagnóstico de las cefaleas implica distinguir entre cefaleas primarias, donde el dolor es la enfermedad en sí misma, y cefaleas secundarias, que son causadas por otras condiciones. Para ello, los signos de alarma son cruciales, y se debe estar atento a las características del dolor.
Cefaleas Primarias
La migraña es una de las cefaleas primarias más comunes e incapacitantes. Se trata de una cefalea recurrente y episódica, caracterizada por una combinación de síntomas neurológicos, gastrointestinales y autonómicos. Su intensidad, duración y frecuencia pueden variar entre diferentes personas y en el mismo paciente a lo largo del tiempo.
El dolor de la migraña suele ser pulsátil, típicamente en un lado de la cabeza, aunque puede ser bilateral. Los episodios son moderados o graves y tienden a intensificarse con la actividad física o incluso con el movimiento de la cabeza. La cefalea migrañosa puede presentarse en cualquier momento del día, aunque es más frecuente por la mañana. Su inicio suele ser gradual, alcanzando su pico máximo y luego disminuyendo, con una duración que varía entre 4 y 72 horas.
Durante las crisis, es común que los pacientes experimenten anorexia (pérdida de apetito) o, en algunos casos, un aumento del hambre. Las náuseas son frecuentes y los vómitos se presentan en aproximadamente un tercio de los pacientes. Además, más del 75% de los pacientes experimentan hipersensibilidad a los estímulos sensitivos, como la luz, los ruidos y los olores. También pueden aparecer alteraciones en la temperatura corporal y palidez cutánea.
El tratamiento de la migraña es complejo y debe ser personalizado para minimizar los efectos secundarios y optimizar los resultados terapéuticos.
La cefalea tensional es otro tipo de cefalea primaria común. Se caracteriza por un dolor opresivo o sensación de «peso» en la cabeza, sin el carácter pulsátil típico de la migraña. Generalmente, el dolor afecta a toda la cabeza, aunque en algunos pacientes puede ser unilateral. A diferencia de las migrañas, las cefaleas tensionales no se agravan con la actividad física, lo que es un hallazgo característico. La intensidad del dolor suele ser leve a moderada, aunque puede ser más severa en pacientes con cefalea crónica diaria.
La mayoría de los pacientes con cefalea tensional no experimentan los síntomas acompañantes típicos de la migraña, aunque algunas personas pueden sentir una ligera sensación nauseosa. En algunos casos, los pacientes también reportan fatiga, alteraciones del sueño o sensación de inestabilidad.
Para tratar las cefaleas tensionales ocasionales, se recetan analgésicos de venta libre, mientras que en los casos frecuentes se recomiendan tratamientos preventivos.
Cefaleas Trigémino Autonómicas
Las cefaleas trigémino-autonómicas son un grupo de cefaleas caracterizadas por dolor intenso localizado en un solo lado de la cabeza o cara, generalmente en el territorio inervado por el nervio trigémino. Este tipo de dolor se asocia con síntomas autonómicos craneales, como ojos llorosos, congestión nasal y caída del párpado.
- Cefalea en racimos: Es la forma más frecuente de cefalea trigémino-autonómica. Se caracteriza por dolor intenso alrededor de un ojo, que a menudo se acompaña de ojos rojos y nerviosismo. Las crisis pueden durar de 1 a 2 horas y suelen presentarse a la misma hora del día, despertando al paciente durante la noche. Esta cefalea es conocida por su intensidad extrema, lo que ha llevado a algunos a denominarla «cefalea suicida» debido a la ideación suicida que puede causar en quienes la sufren. El tratamiento temprano es fundamental y existen terapias específicas que pueden acortar los brotes.
- Hemicranea paroxística: Es una cefalea menos frecuente, pero cada vez más diagnosticada. Se caracteriza por ataques breves de dolor unilateral intenso, acompañados de caída del párpado o alteraciones en las pupilas. Se puede tratar eficazmente con indometacina.
- SUNCT (Short-lasting Unilateral Neuralgiform headache with Conjunctival injection and Tearing): Esta cefalea se localiza alrededor del ojo, con un dolor punzante o pulsátil. Se acompaña de enrojecimiento ocular y lagrimeo. Aunque es poco frecuente, su diagnóstico es cada vez más común.
- Cefalea hemicraneal continua: Esta cefalea es unilateral y persistente, con exacerbaciones de gran intensidad. Aunque fluctúa, no cambia de lado. En estos casos, se debe estudiar al paciente para descartar lesiones intracraneales. El tratamiento con indometacina es generalmente eficaz.
Otras Cefaleas Primarias
- Cefalea asociada a dolor miofascial: Es un dolor localizado en la zona muscular que puede irradiar hacia otras áreas de la cabeza o cuello. Se diagnostica mediante palpación adecuada.
- Cefalea primaria de la tos: Se trata de una cefalea desencadenada por tos o maniobras de Valsalva, con una duración breve, de segundos a media hora. Si ocurre, se recomienda acudir rápidamente a un neurólogo para descartar causas graves.
- Cefalea primaria punzante: Son punzadas breves de dolor, generalmente de menos de un segundo, que pueden ser aisladas o en series.
- Cefalea del esfuerzo: Se desencadena exclusivamente durante el ejercicio físico y puede durar de minutos a días. Es importante consultar al neurólogo para descartar afecciones graves.
- Cefalea orgásmica: Es un tipo de cefalea explosiva que coincide con la llegada del orgasmo. Su intensidad es extrema, por lo que en las primeras crisis es necesario excluir causas graves.
- Cefalea hípnica: Exclusiva de la noche, despierta al paciente y suele ocurrir en personas mayores de 50 años. Generalmente es bilateral y de intensidad leve a moderada, aunque puede ser grave en un 20% de los casos. Si se presenta, siempre debe ser evaluada por un neurólogo para descartar lesiones intracraneales.
- Cefalea continua desde el inicio: Esta cefalea no presenta periodos sin dolor desde su inicio. Es bilateral, opresiva y no se agrava con la actividad física.
Cefaleas Secundarias
Existen múltiples causas de cefaleas secundarias, en las cuales el dolor es causado por otra condición, como problemas en la articulación temporomandibular, efectos secundarios de medicamentos o hipertensión intracraneal idiopática. En estos casos, es crucial intervenir de manera precoz para tratar la causa subyacente.